Ve...

De pronto mi corazón empezaba a palpitar fuertemente.
El sonido del motor se acercaba... Tan reconocible para mí...
No importaba la distancia que estuviese...
Yo lo escuchaba. Yo lo escucharía...

Mis ojos brillaban con su canción... Y sin pensar, dejaba todo lo que estaba haciendo en ese momento para correr hacia la puerta ha esperarle...
Aún ni siquiera asomaba su perfil, pero sabía que lo haría en algún momento.

Y allí estaba!
Empezaba a asomarse aquel Ford rojo desde lejos.
Era él...

Él

Contaba los segundos hasta verle estacionarse en frente de mí...
Entonces mi corazón se llenaba completamente.
Él me miraba con aquellos preciosos ojos verdes y entonando su voz con una sonrisa, me decía:

"Vamos!"

Yo sonreía... saltaba de la puerta de mi casa y me lanzaba a ese viaje con él.
Le daba un beso mientras lo abrazaba... ese era mi "presente".

Me pegaba hacia la ventana para que el viento tocara mi rostro... Mientras él iba a mi lado. Sonriéndome, hablándome o a veces simplemente en silencio...
Era nuestro tiempo. El que él y yo compartíamos.

Solo manejaría unas cuadras más hasta llegar al garaje. Era gracioso, porque aún así, ese tiempo era infinito...
De regreso...
Me tomaba y me llevaba consigo por el camino.

Viví muchos años ese momento... Tantas veces.
Sin recordar cuando empezó... Sin recordar cuando terminó, y es que quizás, no ha terminado...
No importa cuanto tiempo haya pasado... Aún lo llevo en mi corazón.

Aquél Ford rojo ya no está con nosotros.
Aquél en el que me llevaba a innumerables viajes. Conociendo innumerables costas... y horizontes. Esos viajes que me permitían dibujar en el cielo todo cuanto quisiese con las nubes... descubrir qué había detrás de toda esa inmensidad de estrellas... ante esa bella noche... o preguntarme qué habría más allá de ese horizonte.
Y así infundió en mi alma parte de mi libertad.

...

Eras Tú...

 Tú

Un día... en uno de aquellos viajes... entre fronteras y desiertos... veíamos el mar.
Mientras me mirabas, lo adivinabas...

"Quieres ir...?"

Mi alma se inquietaba... ante aquel momento...

"Sí. Quiero..."

Detuviste el motor en medio de la nada... Con tu mirada de confianza en mí, me dijiste:

" Ve..."

Te miré con alegría y temor de vivir algo nuevo.
Abrí la puerta y baje... empecé a correr y dirigirme hacia la orilla del mar... Mientras tú me observabas.
Me detuve en la orilla... y todo... Todo era tan inmenso para mí... Y tan hermoso.
Como viví ese momento...
Pero antes de tocar con los dedos de mis pies el agua del mar un pequeño temblor corrió por mi cuerpo, y sin tocarla... corrí de regreso a tus brazos.
Tú me esperabas... y continuamos el viaje.

Quizás entonces aún no estaba lista... para... Volar.

Tengo en mi alma los mejores viajes... gracias a ti.
Tengo horizontes interminables, tengo cielos, tengo nubes, tengo noches, tengo estrellas... Y la certeza de saber que el camino continua.

Antes de realizar este último no último viaje me invitaste a salir. En el Restaurante... Sentados uno en frente del otro, mi alma se estremecía de saber que no vería nuevamente tus hermosos ojos verdes por mucho tiempo. Y rogaba porque sintieras en tu corazón cuanto te amaba y cuanto te seguiría amando.

Este viaje lo realizaría sin tí...
Estaba lista para volar.

Antes de irme... Hice por última no última vez lo que hice tantas veces en mi vida...
Te abracé y te di un beso...

Y mientras veía en tus ojos todo tu amor, te dije:

"Te amo"